Oraciones para el dolor
La sexta razón es que los printemps se comparan con el aire, el verano con el fuego, la cosecha con la tierra, y el invierno con el agua. Luego ayunamos en marzo hasta el final para que el aire de orgullo se nos intente. En verano el fuego de la concupiscencia y de la avaricia. En septiembre, la tierra de la frialdad y de las tinieblas de la ignorancia. En invierno el agua de la ligereza y la inconstancia. La séptima razón es porque ese marzo se reporta a la infancia, el verano a la juventud, septiembre a la edad firme y virtuosa, y el invierno a la ancianidad o vejez. Ayunamos entonces en marzo para estar en la infancia de la inocencia. En verano para ser joven por virtud y constancia. En la cosecha para que estemos maduros por el esfuerzo. En invierno, para que seamos antiguos y viejos por la prudencia y la vida honesta, o al menos para que estemos satisfechos con Dios de lo que en estos cuatro tiempos le hemos ofendido. Oraciones para el dolor La octava razón es del Maestro Gu